Aumento de la tasa de presos ancianos en EEUU

Más y más prisiones de Estados Unidos se parecen a los hogares de ancianos. La cárcel no es fácil para nadie, pero es especialmente castigando por los afectados por las cargas de la vejez. 

Sin embargo, la edad y los ancianos constituyen el segmento de mayor crecimiento de la población penitenciaria.

Hoy en día la Junta de Libertad Condicional del Estado de Nueva York  se encargada de muchos casos en el cual deben decidir si es necesario optar por la libertad condicional médica en  algunos de los reclusos. Tal es el caso de Anthony D. Marshall, quien fue condenado por robar a  su madre, Brooke Astor. El Sr. Marshall tiene 89 años y sufre de Parkinson. Sus abogados dicen que no puede permanecer de pie o vestirse. Él es uno de por lo menos 26.100 hombres y mujeres mayores de 65 años encarcelados en prisiones estatales y federales.

Debido en gran parte a décadas de políticas de mano dura contra el crimen ya sean sentencias mínimas obligatorias o la eliminación de la libertad condicional federal,  estas cifras pueden seguir aumentando a medida que más y más presos permanecen encarcelados en sus 70 y 80 años, o hasta morir.

La ira, el dolor y el deseo de venganza son comprensibles, y todos podemos estar de acuerdo que las personas que cometen delitos graves deben ser considerados responsables. Vale la pena preguntarse: ¿Qué es lo que la sociedad obtiene de mantener a estas personas encerradas? Gente que muchas veces necesita la ayuda de miembros del personal para desplazarse o subir a un camarote, o que ni siquiera tienen noción de donde se encuentran. ¿En qué condiciones estas personas están viviendo realmente?

El Fiscal General Eric Holder dio su respuesta a esta pregunta, cuando anunció nuevas políticas de liberación compasiva de la Oficina de Prisiones . Presos federales ancianos y enfermos que han cumplido una parte importante de su condena y no representan ningún peligro, lo cual serán elegibles para libertad anticipada.

Por otro lado, estudios  muestran consistentemente la disminución de las tasas de delincuencia a medida que la gente envejece. Los que están postrados en cama o en silla de ruedas no es probable que vayan detrás del crimen. Las decenas de presos mayores generalmente quieren pasar su tiempo restante con sus familias, debido a que están llegando a un acuerdo con la mortalidad, arrepentirse de sus crímenes del pasado y mantener la esperanza, si el tiempo lo permite, para hacer las paces.

Además mantener a ancianos y enfermos en prisión es extraordinariamente costoso. Los costos médicos anuales para los presos mayores oscilan entre tres y nueve veces superiores a las de los más jóvenes, ya que, al igual que en la población general, las personas mayores tras las rejas tienen altas tasas de enfermedades crónicas y enfermedades, y requieren más hospitalizaciones y atención médica. Otro problema también es que muchos de los funcionarios penitenciarios no están capacitados para manejar a presos geriátricos. Tampoco hay suficientes de ellos para dar la atención extra a dichos presos ya sea para asegurarse de que toman sus medicamentos, encontrar su camino a su celda,  si sus camas están limpias o no por problemas de incontinencia.

Entonces, ¿qué se puede hacer? Liberación compasiva y programas médicos de libertad condicional existen en muchos sistemas penitenciarios, pero son mal utilizados y, a menudo excluyen a las personas que cometieron crímenes violentos o delitos sexuales, incluso si esas personas ya no son capaces de repetir este tipo de delitos.

Si los programas se concibieran de manera adecuada y útil, algunos presos  podrían volver ver a sus familias y tener por lo menos una vida digna el poco tiempo que les queda. Otros podrían ser entregados a hogares de ancianos o centros de vida asistida - aunque cada vez es más difícil encontrar instalaciones privadas que tendrán los ex presos. Los Estados y el gobierno federal también deben tener en cuenta esta problemática y actuar inmediatamente. No hay que olvidar que estamos tratando con personas, el hecho que hayan cometido grandes delitos no nos da razón para dejarlos al abandono, debemos sensibilizarnos con ellos. 

Si no estamos dispuestos a cambiar las leyes de sentencias o de hacer un mayor uso de la liberación compasiva, los gobiernos tendrán que derramar grandes sumas de dinero en las prisiones para proporcionar condiciones adecuadas de atención a la población alza de los presos geriátricos. Eso significa invertir en una formación especial para los oficiales de corrección, en la atención médica alrededor del reloj, en la adaptación de edificios, las células adaptadas para personas minusválidas (baños), camas bajas y sin escaleras , y en un aumento de los cuidados paliativos para los enfermos terminales .

Pero, ¿realmente queremos ir por ese camino? El siguiente video pretende darnos un panorama más amplio del tema, tal vez después de verlo,  podremos tener una idea más concisa de lo que millones de personas mayores están viviendo hoy en las cárceles.

Fuente:

http://www.hrw.org/node/104830

http://www.hrw.org/es/news/2012/01/26/ee-uu-aumenta-r-pidamente-la-cantidad-de-presos-de-edad-avanzada