Diversos estudios sobre el maltrato a las personas mayores se han centrado en establecer los perfiles de la víctima. Sin embargo es muy difícil establecer tipologías, determinar relaciones causales e incluso plantear un esquema teórico que permita comprender el por qué de estas conductas.
Bien sabemos que personas sin importar clases
sociales, condiciones económicas, niveles culturales, situaciones familiares,
etc., pueden ser víctimas de maltratos o posibles agresores.
Digamos
que hay ciertas conductas sociales que favorecen la violencia, pero en este
caso, también se hablar de conductas personales o individuales, aunque esa
conducta responda a un patrón social. Es por eso que, resulta arriesgado en
plantear prototipos de perfiles tanto de agresores como de víctimas. Esta
dificultad condiciona las intervenciones y el que en muchas ocasiones solo
se puedan abordar estos temas, a través de indicios o de sospechas. Este es el
motivo de las escalas de detección de los malos tratos basadas en esas
sospechas o indicio, como la conocida como escala EASI (“Índice de sospecha
de malos tratos hacia las personas mayores”), elaborado con la
participación de diversos países, del INPEA (Red Internacional para la
Prevención del Maltrato al Mayor).

- · Ser mujer. Las mujeres víctimas de malos tratos superan porcentualmente a los hombres.
- · Tener una edad avanzada. Las personas mayores de 75 años corren mayor riesgo de ser víctimas de malos tratos que las personas de menos edad. Sin duda la capacidad mental, la vulnerabilidad y la dependencia es mayor a medida que la edad avanza, lo que incide en un mayor riesgo.
- · El no tener pareja o vivir solo, sea por viudedad o por otras causas también es un factor de riesgo, en la medida en que se pueda quedar aislado socialmente y sobre todo si se depende de otra persona para algunas actividades de la vida diaria.
- · Padecer algún tipo de deterioro funcional, sea por enfermedad crónica o progresiva (tipo Demencias, Enfermedad Alzheimer, Parkinson, ACV, etc.), o por sufrir algún tipo de problemas o conductas anómalas, tales como incontinencia, agresividad, agitación nocturna, etc.
Todos estos factores, pueden ayudar a comprender o
identificar situaciones de riesgo de padecer malos tratos, que son más
evidentes cuando a todos estos indicios o situaciones, la persona mayor
presenta signos de malnutrición, deshidratación, mala higiene, o intoxicación
medicamentosa. Al menos esto es lo que ponen de relieve los resultados de
estudios de campo sobre la incidencia y prevalencia de los malos tratos en
personas mayores, tanto en el entorno familiar como en el medio institucional.
Referencias:
Tienes razón, la violencia hacia los adultos mayores ya no puede ser callada. Es hora de levantar la voz y hacer que se escuchen sus derechos. Incluso el video sobre la violencia de género que subiste, refleja una realidad vergonzosa de nuestra sociedad.
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ResponderEliminarAlvaro,usualmente cuando se menciona el tema de la vejez se piensa en los que hoy son mayores y es irónico como nos olvidamos en proyectar nuestra propia realidad.Si por un momento imaginamos nuestra propia vejez y reflexionamos en cómo nos gustaría ser tratados, comenzaríamos a tomar mayor consciencia acerca del futuro de nuestra sociedad, que muchas veces no es capaz de entender que hay una riqueza enorme que podemos recibir de toda la comunidad de adultos mayores.